El Génesis es el primer libro de la Biblia, que narra el origen del mundo, del ser humano y del pueblo de Israel. Su género literario ha sido objeto de debate y controversia a lo largo de la historia, ya que combina elementos de diferentes tipos de escritura, como la narración histórica, la ley, la poesía, la literatura sapiencial y la profecía.

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Además, el Génesis presenta distintas fuentes, tradiciones y estilos que se entrelazan y se superponen, lo que dificulta su clasificación y su interpretación. En este artículo, se expondrán algunas de las principales teorías y enfoques que han intentado explicar la composición literaria del Génesis, así como las implicaciones que tiene para su lectura y comprensión.

El Génesis como libro histórico

Una de las formas más tradicionales de entender el género literario del Génesis es considerarlo como un libro histórico, que relata los hechos reales que ocurrieron desde la creación hasta la llegada de los israelitas a Egipto. Esta perspectiva se basa en la atribución del libro a Moisés, quien habría recibido la revelación divina y la habría transmitido fielmente a su pueblo. El Génesis sería, entonces, un testimonio de la acción de Dios en la historia, que elige y bendice a Abraham y a sus descendientes, y que cumple sus promesas a través de los acontecimientos narrados.

Sin embargo, esta visión del Génesis como libro histórico tiene algunos problemas y limitaciones, ya que no se ajusta al concepto moderno de historia, que exige rigor, objetividad y verificación de las fuentes. El Génesis no pretende ser un registro exhaustivo y cronológico de los hechos, sino que selecciona, omite y adapta los relatos según su intención teológica y pedagógica. Además, el Génesis no se puede leer de forma literal e ingenua, sino que requiere una interpretación que tenga en cuenta el contexto, el simbolismo y el sentido profundo de los textos. Por otra parte, el Génesis no es una obra unitaria y homogénea, sino que presenta evidencias de haber sido compuesto por diferentes autores, que utilizaron distintas fuentes y tradiciones, y que reflejaron sus propias épocas y circunstancias.

El Génesis como libro de fuentes y tradiciones

A partir del siglo XVIII, con el desarrollo de la crítica bíblica, se empezó a cuestionar la autoría mosaica del Génesis y se propusieron diversas hipótesis para explicar su origen y composición. Una de las más influyentes fue la llamada hipótesis documentaria, que sostenía que el Génesis era el resultado de la combinación de cuatro fuentes o documentos independientes, que se habrían escrito entre los siglos X y V a.C., y que se habrían unido en una sola obra por un redactor final. Estas fuentes serían:

La fuente yahvista (J), que usa el nombre de Yahvé para referirse a Dios, y que se caracteriza por un estilo narrativo, antropomórfico y popular. Esta fuente se habría originado en el reino de Judá, en el siglo X a.C., y abarcaría desde la creación hasta la muerte de José.
La fuente elohísta (E), que usa el nombre de Elohim para referirse a Dios, y que se distingue por un estilo profético, sobrio y moralizante. Esta fuente se habría originado en el reino de Israel, en el siglo IX a.C., y abarcaría desde la vocación de Abraham hasta la bendición de Jacob.
La fuente sacerdotal (P), que usa el nombre de Elohim para referirse a Dios, y que se reconoce por un estilo legal, genealógico y ritual. Esta fuente se habría originado en el exilio de Babilonia, en el siglo VI a.C., y abarcaría desde la creación hasta la alianza con Noé.
La fuente deuteronomista (D), que usa el nombre de Yahvé para referirse a Dios, y que se identifica por un estilo teológico, histórico y didáctico. Esta fuente se habría originado en el reino de Judá, en el siglo VII a.C., y abarcaría desde la renovación de la alianza con Moisés hasta la entrada en la tierra prometida.

La hipótesis documentaria permitió analizar el Génesis desde una perspectiva histórica y literaria, y descubrir las distintas voces, tradiciones y teologías que se expresan en el libro. Sin embargo, esta hipótesis también ha sido criticada y matizada por otros estudiosos, que han señalado sus dificultades y contradicciones, y que han propuesto otras teorías alternativas o complementarias, como la hipótesis de las tradiciones, la hipótesis de las redacciones o la hipótesis de los fragmentos.

El Génesis como libro de géneros

Otra forma de abordar el género literario del Génesis es reconocer la diversidad y la riqueza de los tipos de escritura que se encuentran en el libro, y que responden a diferentes intenciones, estilos y formas de expresión. Así, se puede hablar de los siguientes géneros literarios en el Génesis:

El género narrativo, que cuenta historias de personajes, lugares y acontecimientos, con un desarrollo lineal y una trama que implica un conflicto y una resolución. El Génesis contiene numerosos relatos narrativos, que se pueden clasificar en dos grandes grupos: los relatos primordiales, que narran el origen del mundo y de la humanidad, desde la creación hasta la dispersión de las naciones; y los relatos patriarcales, que narran la historia de los antepasados de Israel, desde Abraham hasta José. Estos relatos tienen un valor teológico, pedagógico y simbólico, y muestran la relación entre Dios y el ser humano, y entre el ser humano y su entorno.
El género legal, que establece normas, preceptos y mandamientos que regulan la conducta y la convivencia del pueblo de Dios. El Génesis contiene algunos textos legales, que se relacionan con la alianza que Dios hace con sus elegidos, y que implican unas obligaciones y unas bendiciones. Estos textos se pueden agrupar en tres grandes bloques: la ley de la creación, que establece el orden y el sentido de la obra de Dios y el papel del ser humano como su imagen y administrador; la ley de la circuncisión, que establece el signo distintivo de la pertenencia al pueblo de Dios y la promesa de la descendencia; y la ley de la consanguinidad, que establece los límites y las prohibiciones del matrimonio entre parientes.
El género poético, que expresa sentimientos, emociones y reflexiones mediante el uso de recursos literarios, como el ritmo, la rima, la metáfora y la comparación. El Génesis contiene algunos textos poéticos, que se insertan en el marco de los relatos narrativos, y que cumplen una función estética, dramática y profética. Estos textos se pueden distinguir en tres tipos: los himnos, que alaban y celebran la obra de Dios, como el himno de la creación o el himno de la victoria de Jacob; las bendiciones, que pronuncian y transmiten el favor de Dios, como las bendiciones de Noé, de Isaac o de Jacob; y las profecías, que anuncian y anticipan el futuro de Dios, como las profecías de Abimelec, de Jacob o de José.