A pesar de que el infierno se menciona en varias ocasiones en la Biblia, su existencia y naturaleza han sido objeto de controversia entre los teólogos y las denominaciones cristianas.
En este artículo, se explorarán las distintas posturas sobre el infierno en la teología cristiana, así como los problemas que se plantean si se cree que existe o no existe un infierno al estilo cristiano.
¿Qué dice la Biblia sobre el infierno?
En la Biblia, se menciona el infierno en varias ocasiones, pero no siempre de la misma manera. Por ejemplo, en el Nuevo Testamento, la palabra «gehenna» se utiliza para referirse al infierno como lugar de castigo eterno (Mateo 5:22, 29-30; 10:28; 18:9; 23:15, entre otros). Sin embargo, también se utiliza la palabra «hades» para referirse a un lugar de muertos (Apocalipsis 1:18) y «tártaro» para referirse a un lugar de castigo temporal para los ángeles caídos (2 Pedro 2:4). Estas diferencias en la terminología bíblica han dado lugar a distintas interpretaciones sobre el infierno en la teología cristiana.
¿Qué han dicho al respecto los teólogos?
En la historia de la teología cristiana, ha habido varias posturas sobre la existencia y naturaleza del infierno.
El infierno literal
Algunos teólogos han defendido la existencia de un infierno literal y eterno, donde los no creyentes o los que cometen pecado mortal, son castigados por toda la eternidad. Uno de los defensores más conocidos de esta postura fue el teólogo del siglo XVIII Jonathan Edwards, quien en su sermón «Pecadores en manos de un Dios enojado» describió el infierno como un lugar de tormento eterno. Otro defensor del infierno literal y eterno fue el teólogo del siglo XX John Walvoord, quien en su libro «El infierno, hoy y mañana» argumentó que el infierno es un lugar real y que aquellos que no creen en Cristo pasarán allí la eternidad.
El infierno simbólico
Por otro lado, algunos teólogos han adoptado una postura más simbólica o metafórica sobre el infierno. Por ejemplo, el teólogo y escritor C.S. Lewis en su obra «Las cartas del diablo a su sobrino» describe el infierno como un estado mental en lugar de un lugar físico. Otros teólogos, como el universalista cristiano Rob Bell en su libro «Amor gana», han argumentado que el infierno no es un lugar literal, sino una metáfora del sufrimiento que experimentamos en esta vida cuando nos alejamos de Dios.
¿Qué dicen las distintas denominaciones cristianas?
Las denominaciones cristianas también tienen posturas distintas sobre el infierno.
Iglesia católica
Por ejemplo, la Iglesia Católica ha mantenido la enseñanza de que existe el infierno como lugar de castigo eterno, y que aquellos que mueren en pecado mortal van allí después de la muerte.
Iglesia ortodoxa
La Iglesia Ortodoxa también enseña la existencia del infierno, pero con una interpretación más simbólica y enfocada en la restauración del ser humano a través de la salvación en Cristo.
Las iglesias cristianas
Las denominaciones protestantes, por su parte, tienen posturas diversas sobre el infierno, desde la creencia en un infierno literal y eterno hasta la negación de su existencia.
Los problemas que plantea la existencia del infierno
Sin embargo, la creencia en un infierno al estilo cristiano también plantea algunos problemas. Uno de ellos es el problema de la justicia. ¿Es justo que alguien sea castigado eternamente por sus acciones en esta vida? ¿Qué sucede con aquellos que nunca tuvieron la oportunidad de conocer a Dios? Estas preguntas han llevado a algunos teólogos a cuestionar la justicia de un infierno literal y eterno.
Otro problema es el problema teológico de la imagen de Dios. ¿Cómo se puede reconciliar un Dios amoroso y misericordioso con un Dios que castiga eternamente? Esta paradoja ha llevado a algunos teólogos a cuestionar la naturaleza del infierno al estilo cristiano.
Su no existencia también es un problema
Por otro lado, la negación de la existencia del infierno al estilo cristiano también plantea algunos problemas. Uno de ellos es el problema de la justicia. Si no hay un infierno, ¿cómo se puede explicar la justicia divina? ¿Qué sucede con aquellos que han hecho el mal en esta vida y nunca fueron castigados por sus acciones?
Otro problema es el problema del libre albedrío. Si no hay un infierno, ¿cómo se puede explicar la libertad humana de elegir entre el bien y el mal? ¿Qué sucede con aquellos que han elegido vivir una vida alejada de Dios y nunca enfrentan las consecuencias de sus decisiones?
El infierno existe, pero está vacío
Esta es una conocida postura teológica, que sugiere que, aunque el infierno existe como una posibilidad metafísica, es decir, como una consecuencia natural y justa del pecado y la separación de Dios, nadie ha sido condenado a sufrir en él porque Dios es misericordioso y ha perdonado a todas las personas.
Desde esta perspectiva se reconoce la existencia del infierno como una posibilidad teológica, pero se enfoca en la misericordia y el perdón de Dios como una expresión de su amor y gracia hacia toda la humanidad. Según esta postura, el amor de Dios es tan grande que incluso aquellos que merecen el castigo en el infierno pueden ser perdonados y salvados por la gracia de Dios.
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Soy Leonardo A. González, creo firmemente que todos merecen conocer la belleza y la sabiduría que se encuentran en la Biblia, y estoy comprometido en difundir ese mensaje de amor y esperanza a través de mis escritos.